Mueren cientos de truchas y otras especies, por un vertido de de mas de medio millón de litros de estiércol de vacuno.
El día 26 de julio alrededor del mediodía, se produjo un vertido, de más de 500.000 litros de estiércol de vacuno, por la rotura del estercolero de una explotación situada en la parte alta del pueblo de Quintana. Por este pueblo pasa un afluente del río Gándara llamado el Argumal (río de Quintana), es un pequeño río de montaña, que mide unos 3 kilómetros de largo hasta su desembocadura al río Gándara, nace en la sierra de Almunia, Busquemao. Tiene una población de trucha autóctona considerable, manteniendo en los meses estivales un caudal de agua más que suficiente para mantener dicha población de trucha.
Truchas muertas en las orillas
Una pequeña muestra de los peces recogidos
El Vertido bajo por una de las laderas en dirección a las calles de Quintana, hasta llegar al río Argumal, existiendo una distancia en línea recta de unos 1.200 metros hasta la entrada del estiércol al río. Una vez que el estiércol llegó al río Argumal bajó los 1.500 metros que existen hasta su desembocadura en el río Gándara. Alertados los vecinos por la riada de estiércol que pasó por las calles de Quintana, avisaron al SEPRONA y a la guardería, que se personaron rápidamente en el lugar de los hechos, con el fin de evaluar los daños materiales y ecológicos de dicho vertido. Fue al día siguiente cuando los daños provocados por la contaminación se dejaron sentir, con la muerte de cientos de truchas tanto en el río Argumal como en el río Gándara. Es el día de hoy que todavía siguen aflorando los cadáveres de truchas y otras especies menores .Decir también que el día 27 de julio me personé en el lugar de los hechos cámara de fotos en mano, para dejar testimonio de dicha catástrofe, el vertido estaba bajando por el coto de Regules a la altura del puente de Bollén, en dirección a Casa tablas, las fotos que se adjuntan recogen el momento en que una cuadrilla de operarios recogían los cadáveres de cientos de truchas, dentro del río Argumal, pero no se habían recogido aún las del río Gándara, que a fecha de hoy no tenemos el conteo, creemos que será elevado. Deciros que se me escaparon algunas lágrimas ante tal desastre, que no me acababa aún de creer, tengo un cierto cariño a estos afluentes y sobre todo al río Gándara, que durante tantos años pesqué en compañía de mi buen amigo Manuel Tomás. No tengo por menos que como socio y Vicepresidente de FARIO, el solicitar a la Consejería de Desarrollo Rural, que se exijan las responsabilidades al presunto o presuntos infractores, y que pasado un tiempo prudencial y después de que desaparezca todo el producto contaminante, se intente recuperar la zona afectada con una buena repoblación de trucha, a ser posible con trucha de la zona.
Víctor Sobrino Vázquez
YAK